La legislación relativa al transporte ADR (Acuerdo Europeo sobre Transporte Internacional de Mercancías Peligrosas por Carretera) ha ido experimentando diversas modificaciones a lo largo de los años. Sin embargo, los términos relativos al significado de dicho transporte ya quedaron establecidos en la Ley de 1992, cuando se especificó que esta actividad se refería tanto a la carga y descarga de los materiales como a su transporte. Trasladar determinados tipos de materiales peligrosos por carretera, algunos muy sensibles a cualquier agente externo (o incluso interno), resulta una actividad que requiere de estrictas medidas de seguridad y de proceder para no incurrir en ningún tipo de riesgo tanto para los seres humanos como para el medio ambiente.
Uno de los aspectos que resultan de mayor importancia en el transporte de mercancías peligrosas por carretera es el embalaje al que están sometidos los materiales a trasladar; saber con exactitud cuáles son los modos de empaque más indicados para cada tipo de material teniendo en cuenta sus características y las reacciones que pueden provocar es una de maneras más efectivas de evitar accidentes de gravedad durante su traslado. Es por esta razón que es tan importante contar con profesionales a la hora de elegir el modo de mover y manipular este tipo de mercancías; de esta manera, se asegura el conocimiento de los procedimientos más indicados en cada caso, así como de las señales y métodos establecidos en la normativa que deben aparecer en cada tipo de embalaje o contenedor empleados. Los trabajadores también sabrán cómo actuar en caso de que se produzca el derrame de alguna sustancia, así como el procedimiento a seguir para retirar cualquier recipiente que haya sufrido desperfectos.
Es muy importante tener en cuenta todas las medidas de seguridad pertinentes para el transporte de dichos materiales, ya que, dependiendo del tipo o la clasificación a la que pertenezcan, su incorrecta manipulación puede provocar desde graves daños en el medio ambiente (por ejemplo, explosiones que puedan provocar incendios) a riesgos de consideración para la salud humana (inhalación de gases tóxicos, enfermedades, etc.). Existen nueve categorías para clasificar los materiales peligrosos y cada tipo incluye diferentes materiales que deben ser manipulados teniendo en consideración sus características específicas: por ejemplo, los líquidos inflamables deben ser contenidos en envases adecuados (y aprobados) que dispongan de inhibidores de chispas y de tapas automáticas.
La señalización y el etiquetaje es, por lo tanto, de vital importancia en el transporte de mercancías peligrosas; los símbolos empleados para este fin son de carácter internacional e informan de que existe una carga que puede representar un peligro potencial. El sistema de etiquetaje se emplea siempre que la carga es cambiada de contenedor, para que no existan confusiones sobre el contenido; también hay placas que aportan información de forma clara y precisa y que son colocadas en todo lugar donde se realiza el manejo, transporte o almacenado de estos materiales. Las hojas de datos químicos (MSDS) también sirven para contener toda la información relativa a los materiales, de forma mucho más detallada.